Heridas de Defensa en Manos y Antebrazos
HERIDAS DE DEFENSA EN MANOS Y ANTEBRAZOS
Si las heridas son inevitables, ¿cuál es la mejor posición para recibirlas? ¿Por qué?
Las heridas de defensa se producen por la acción instintiva de protección de la cara y la cabeza al sufrir un ataque; se localizan principalmente en la región externa de antebrazos y muñecas y en el dorso de las manos. Así mismo pueden aparecer en las flexuras de las falanges cuando la víctima trata de defenderse sujetando el arma con las manos.
La aparición de este tipo de lesiones orienta hacia el homicidio y permite constatar que la víctima se encontraba consciente y no fue atacada por sorpresa, comprobando además que podía moverse.
Las arterias de mayor tamaño del antebrazo se sitúan en el compartimento anterior y se dirigen distalmente para irrigar la mano. La arteria braquial llega al antebrazo, desde el brazo, pasando por la fosa del codo. En el vértice de esta fosa, se divide en sus dos ramas principales: la arteria radial y la arteria cubital.
La arteria radial discurre por la zona lateral del antebrazo, rodea la zona lateral de la muñeca y entra en la cara dorsolateral de la mano entre las bases del I y II metacarpianos. Las ramas de la arteria radial en la mano proporcionan la principal irrigación para el pulgar y la cara lateral del dedo índice.
Por otra parte, la arteria cubital es mayor que la radial y desciende por la zona medial del antebrazo, llega a la mano formando un arco sobre la palma y proporciona la principal irrigación para los tres dedos mediales y la cara medial del índice.
En cuanto a los grupos musculares, en el compartimento anterior del antebrazo se encuentran los músculos flexores, lo que quiere decir que ayudan a la flexión de las articulaciones de la muñeca y los dedos, gracias a este grupo muscular se puede cerrar un puño o agarrar un objeto con las manos “grapping”. Por el contrario, los músculos en el compartimento posterior se encuentran los músculos extensores de la muñeca y los dedos.
En conclusión, la importancia de la información previamente descrita recae en lo siguiente: los movimientos de defensa pretenden cuidar las principales estructuras del cuello y la cabeza, como son la arteria carótida, la tráquea y los ojos. Para efectuar una buena defensa se utilizan las guardias que se han mencionado en previas notas, en las cuales se utilizan los antebrazos y las manos como elementos de protección.
El mayor volumen sanguíneo de la arteria radial se encuentra en la fosa del codo, por lo que flexionar los brazos representa una guardia automática para evitar una pérdida sanguínea importante.
Finalmente, la mejor defensa ante un arma cortante, punzante ó punzo-cortante, cuando ésta es la única opción, es flexionar los brazos protegiendo el tórax con las palmas de las manos dirigidas hacia la cara, de tal manera que las heridas de defensa se encontrarán en el compartimento posterior del antebrazo, la función extensora quedará comprometida, pero la función flexora, localizada en el compartimento anterior quedará conservada; la capacidad de cerrar el puño y el “grapping” seguirá presente, lo que permitirá continuar con la defensa.
www.kravmagaacademymx.com