SERIE DE LESIONES TRAUMÁTICAS
LESIONES INTRACRANEALES
Traumatismo Craneoencefálico. Serie de Lesiones II/IV
Los traumatismos craneoencefálicos se clasifican de distintas formas; éstas incluyen fracturas de cráneo y lesiones intracraneales como contusiones, hematomas, lesiones difusas y edema.
En esta ocasión se tratará el tema de lesiones intracraneales, las cuales se pueden clasificar en focales o difusas; se pueden presentar como mecanismos separados o coexistir dependiendo el mecanismo y severidad del traumatismo.
Las lesiones cerebrales difusas comprenden desde las concusiones moderadas, donde se presenta un déficit neurológico transitorio, hasta las graves, donde hay falta de irrigación y oxígeno en el tejido cerebral lesionado. Otro patrón de lesión difusa que se observa frecuentemente, sobre todo en impactos a alta velocidad o desaceleraciones, se le conoce como lesión axonal difusa en la cual se observan hemorragias puntiformes múltiples en ambos hemisferios cerebrales, lo cual determina un síndrome clínico de daño cerebral severo y pronóstico pobre.
Por otra parte, las lesiones focales se dividen en hematomas subdurales, epidurales y contusiones cerebrales. Los hematomas epidurales representan el 0.5% de todos los pacientes con trauma cerebral y en el 9% de los traumatismos craneoencefálico que están en estado comatoso. La localización más frecuente de estos hematomas es la región temporal o temporoparietal y resultan de la arteria meníngea media causada por una fractura. En una tomografía se observan de forma lenticular, ya que la sangre separa las meninges de la tabla interna del cráneo, por lo que adopta esa forma. Por el contrario, los hematomas subdurales son más frecuentes que los epidurales; representan el 30% de los traumatismos cerebrales graves y son consecuencia del desgarro de pequeños vasos superficiales de la corteza cerebral, por lo tanto, este hematoma adopta el contorno del cerebro, lo cual se puede observar en la tomografía. Un hematoma subdural es más severo debido a la lesión de tejido cerebral concomitante. Finalmente, las contusiones cerebrales que se presentan de igual manera en cerca del 30% de las lesiones cerebrales severas, se localizan en los lóbulos frontales y temporales, principalmente debido a que los tejidos blandos del cerebro son golpeados contra las fuerzas del cráneo. Pueden ser leves, donde el paciente se siente aturdido por un periodo corto de tiempo después de la lesión (20 minutos), moderados, donde no hay pérdida de conocimiento, sin embargo, la confusión se presenta por más de 20 minutos y existe dificultad para recordar lo sucedido (amnesia), o severos, donde hay pérdida de conocimiento y amnesia del evento. Las contusiones pueden no ser evidentes de inmediato y evolucionar en un periodo de horas o días hasta llegar a transformarse en un hematoma cerebral que requiera drenaje quirúrgico inmediato. Frecuentemente ocurren posterior a una caída, un accidente automovilístico o una lesión deportiva en la cual la cabeza queda desprotegida, de ahí la importancia de mantener siempre una guardia arriba.
A continuación, se muestran algunos signos y síntomas que se pueden observar en una persona con sospecha de una contusión cerebral deportiva, principalmente. Importante saber identificarlos para brindar la atención necesaria, de manera inmediata y evitar cualquier tipo de secuela que afecte la vida y la función del lesionado.
Para poder medir la severidad de la lesión se utiliza la Escala de Coma de Glasgow; ésta se usa como medida clínica objetiva de la lesión cerebral y los criterios que califica son los siguientes:
Dependiendo el puntaje que se obtenga después de valorar al paciente, el traumatismo se clasifica en leve, moderado o severo, lo cual define las maniobras iniciales para realizar un abordaje oportuno y tratamiento adecuado de la lesión cerebral. Un puntaje de 13 a 15 en la Escala de Coma de Glasgow se clasifica como “leve”, de 9 a 12 como “moderado” y menor a 8 se define como lesión cerebral “severa” o coma.
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